El síncope, (también llamado desmayo, pres-sincope, síndrome neurocardiogénico o disautonomías), se refiere a la perdida transitoria de la conciencia y tono postural con recuperación rápida y espontánea, esto dura un par de minutos, si solo un par de minutos, aunque parezca una eternidad.
El síncope es un cuadro muy aparatoso que alarma a los padres, cuidadores y personas que se encuentren alrededor. Genera mucha angustia y ansiedad. Todos pensamos que la persona está muriendo y que debemos actuar rápido.
El síncope es causado por una disminución en el flujo de sangre al cerebro, como mecanismo de protección el cerebro se apaga, la persona pierde el conocimiento y cae, si su hijo está de pie puede lastimarse al caer. Al quedar recostado la sangre regresa al cerebro y su hijo recupera el conocimiento rápidamente.
A pesar de la angustia que genera, se trata de un mecanismo de defensa que tiene el cuerpo para evitar daños mayores.
1 de cada 4 personas tendrá un episodio de sincope en su vida, 1 de cada 20 tendrá 5 episodios y en una cantidad muy pequeña de personas serán repetitivos.
Su hijo puede sentir: dolor de cabeza, mareos, visión borrosa, palidez generalizada, dolor abdominal, náuseas, escuchar zumbidos, sudoración fría, desorientación, taquicardia y por último perdida del estado de alerta con caída. Algunas personas no llegan a desmayarse solo sienten todos los síntomas.
Es muy frecuente en los adolescentes y en lugares calurosos.
Cuando los síntomas son muy floridos, es fácil hacer el diagnóstico, sin embargo, en otras ocasiones se confundirá con convulsiones o se tendrán que hacer varios estudios antes de llegar al diagnóstico.
Los médicos harán muchas preguntas, poniendo atención en todos los detalles, a veces parecerá interrogatorio policiaco. Se realizarán estudios como ecocardiograma y electrocardiograma para descartar otras causas; también pueden pedir a su hijo que respire rápido o se ponga de pie bruscamente, con la finalidad de desencadenar los síntomas, valorar la frecuencia cardiaca y presión arterial; sin embargo, el diagnóstico se basa sobre todo en los síntomas que usted platique a su médico.
En ocasiones se pedirá una prueba de mesa inclinada, en esta prueba lo que se busca es producir un evento de síncope y vigilar la frecuencia cardiaca y presión arterial para valorar su comportamiento durante el evento.
Es importante que sepa que no se trata de una enfermedad del corazón, el corazón es completamente sano, solo está recibiendo una señal incorrecta. No deja secuelas a largo plazo. El peligro más grande es sufrir golpes, cuando se produce la pérdida del conocimiento.
La deshidratación, pasar mucho tiempo de pie, estar en lugares calurosos, bajo el sol, con poca ventilación o concurridos, pasar mucho tiempo frente a pantallas blancas (computadora, celular, Tablet), los videojuegos, dolor, emociones fuertes, ver sangre, peinar el cabello, usar collares, cuellos o corbatas apretadas, son situaciones que desencadenan el síncope, lo mejor es evitarlo en lo posible y/o moderar el tiempo que se dedica a ello.
Es importante que su hijo se mantenga bien hidratado y coma un poco más de sal. OJO no se trata de vaciar el salero a la comida, con comer frituras, palomitas, semillas, fruta/verduras con sal o poner una pisca de sal en el agua que consuma es suficiente.
Realizar constantemente maniobras de contra-presión, como: pararse de puntillas, cruzar y tensar las piernas, entrecruzar dedos y traccionar los brazos o empuñar las manos y pies, en series de 5 segundos y descansar 5 segundos, es lo mejor.
Lo primero que debe hacer en caso de que se presente un evento, es GUARDAR LA CALMA, es difícil, pero es lo mejor para su hijo. Poder hacer cosas en beneficio de su salud, también le dará tranquilidad. Ante cualquier síntoma debe:
El sincope también se presenta en periodos de estrés. Es difícil entender la parte “psicológica” de esta enfermedad, las personas con sincope no programan tener ataques, esto esta fuera de su control, no son chantajes, si bien no es lo más adecuado, es una forma de manejar el estrés. La escuela, la familia, las tareas, las redes sociales o simplemente tener una personalidad ansiosa, son desencadenantes habituales de estrés en todas las edades y por tanto riesgo de desmayos. El tener desmayos puede generar inseguridad en su hijo, o incluso puede sufrir buling, lo que genera más angustia y depresión. Realizar actividades recreativas y deportes ayuda a controlar el estrés.
Usted conoce bien a su hijo, si lo cree necesario, puede buscar ayuda de un profesional de la salud mental.
Muchas de las veces el solo hecho de saber que enfermedad tiene su hijo, es un alivio para ambos, incluso pueden desaparecer por completo los síntomas.
Los eventos de sincope pasarán solos, solo se necesita mucha paciencia.
Y recuerda ¡¡¡Guarda la calma!!!
Autor: Dra. Berenice Rivera, Cardiólogo pediatra, ecocardiografista.
Bibliografía: